El apartamento del que hablamos se extiende sobre una generosa superficie de unos 120 metros cuadrados y está situado en la primera planta de una encantadora estructura con muros de piedra, que mantiene auténticos elementos de arquitectura histórica tanto en el interior como en el exterior. La propiedad se presenta con una combinación de encanto rústico y confort moderno, con un estilo que respeta los rasgos tradicionales y añade detalles contemporáneos para dar una sensación de calidez y bienvenida.

Al entrar en el apartamento, accedes inmediatamente a un gran salón que se abre generosamente a la fachada, perfectamente comunicado con una cocina americana bien organizada. Esta estancia principal resulta especialmente sugerente gracias a una gran chimenea de piedra, que constituye el corazón de la zona de estar y el punto focal de la habitación. La chimenea no sólo calienta de forma natural y acogedora, sino que también añade un ambiente íntimo y cálido, perfecto para las tardes de invierno o los momentos de relax. Alrededor de la chimenea, el espacio se ha amueblado con cómodos y acogedores sofás y sillones, organizados de tal forma que crean una zona de conversación cómoda y acogedora.

Las paredes de la zona de estar alternan partes enlucidas con paredes dejadas intencionadamente en piedra vista, manteniendo la belleza rústica del edificio original y creando un interesante contraste visual. Esta mezcla de elementos de piedra y enlucido blanco amplifica la amplitud del espacio, que se ve aún más realzada por la presencia de grandes ventanales. Éstas, además de dejar entrar abundante luz natural, ofrecen una fascinante vista de los alrededores, realzando la armonía entre el interior y el entorno exterior.

Al salón se une una cocina americana práctica y funcional, equipada con electrodomésticos modernos y espacios bien distribuidos para cocinar y organizarse. La cocina, también decorada en estilo rústico con detalles modernos, presenta una encimera de madera maciza y muebles hechos a medida, combinados con el carácter antiguo de la piedra. El resultado es un entorno práctico, donde las superficies de trabajo son cómodas y suficientemente amplias, con un estilo rústico pero no carente de funcionalidad moderna.

La zona de dormir está bien separada de la zona de estar, lo que garantiza la intimidad y la comodidad necesarias para relajarse. El apartamento tiene dos amplios dormitorios, ambos diseñados para ofrecer tranquilidad y bienestar. El primer dormitorio, ideal como dormitorio principal, es grande y tiene una cama doble de madera oscura con un cabecero alto que le da un toque de elegancia. También aquí se alternan las paredes de piedra y yeso, creando un ambiente único y envolvente. Un gran armario empotrado completa la habitación, ofreciendo mucho espacio para guardar ropa y objetos personales.

La segunda habitación está equipada con dos camas individuales que se pueden juntar para formar una cama doble si es necesario. También decorada en estilo rústico, mantiene la belleza de las paredes de piedra vista y tiene una ventana que ilumina naturalmente la habitación. Gracias a su flexibilidad, esta habitación puede personalizarse fácilmente para distintos usos.

El apartamento tiene dos cuartos de baño, uno para cada habitación.

Este apartamento es perfecto para quienes buscan una mezcla de modernidad y autenticidad rústica, con espacios bien distribuidos y diseñados para garantizar la comodidad y la intimidad. La presencia de las paredes de piedra no sólo añade valor estético, sino que también ayuda a aislar la estancia, manteniéndola fresca en verano y cálida en invierno. La combinación de elementos rústicos y modernos crea una armonía única, que transforma cada habitación en un espacio de encanto y funcionalidad.